Antecedentes personales
Al ingresar a la Reverón mí interés se encontraba hacia la fotografía, pero al incursionar en la grafica por los exploratorios, el interés se volcó totalmente hacia lo grafico aun sin tener un tema especifico a plantear. Estando en las primeras clases de la especialidad se realizaron actividades fuera del taller, en espacios abiertos como plazas o parques, entre estas actividades estaba el crear objetos partiendo de un poco de arcilla y cualquier otro medio que encontráramos en el lugar, es allí cuando se produce el primer acercamiento a lo que seria luego mi propuesta y trabajo de investigación. El objeto que creado por mí fue un ser mitad árbol mitad animal, tenia diferentes texturas dadas por hojas y raíces que le había incorporado.
A medida que se realizaban actividades en el taller, en mis trabajos se evidenciaba la influencia fuertemente marcada por la creación de ese ser, era una imagen que se encontraba siempre presente en las impresiones que realizaba, impresión tras impresión fueron tejiendo la historia imaginada a partir de este ser. De allí empezaron a surgir nuevas imágenes relacionadas con la naturaleza, pero no mostrándola totalmente, solo haciendo énfasis en lo que son los arboles, sintetizando las formas, sus partes y estructura. Relacionando estas imágenes con nuestro día a día, esto por medio de las instalaciones que realizo luego de tener las imágenes impresas, instalaciones que buscan la forma de acercarnos un poco más a lo que es la naturaleza y lo fundamental de ella en nuestras vida.
Indagando un poco en mi misma doy con un recuerdo que me acerca al por que la insistencia de la imagen del árbol en mi trabado. Recuerdo que de pequeña al llegar a la casa nueva, mi casa actual, deje mis amigas y diversión donde vivía antes. Lo único que me gustaba de la casa nueva y donde pasaba el mayor tiempo era el jardín, allí se encontraba un árbol que era mi favorito, un árbol de mango, jugaba con el, con los animales que allí se encontraban, hasta le contaba mis cosas, pasaba todas las tardes con el, ese árbol vino a sustituir a esos amigos con quien jugaba en mi antigua casa. Junto con mi hermano nos montábamos en el árbol, jugábamos a ser murciélagos sobre el, nos guidábamos de cabeza entre sus ramas y allí nos columpiábamos por largos ratos.
Desde entonces mi vinculo con los arboles se ha fortalecido, mi relación con ellos y la naturaleza es cada vez más estrecha. Me albergo entre sus ramas buscando descubrir un poco más de mí, entre sus ramas deposito mis sueños y temores, él me abraza.
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